De copas con: Archimonde

Como ya os conté, la hermandad de Lobitos está formada por entre diez y quince miembros, y lleva siendo asi bastante tiempo (¿alguno recuerda cuando UBRS era el Karazhan de 60?). Por ello, la mayoría de nosotros nunca llevamos a nuestros personajes a ver demasiado contenido. A veces podías juntarte con amigos de otras hermandades y montar algo, pero lógicamente nada que fuera de una semana completa, por lo que Magtheridon y Gruul eran nuestros objetivos preferentes.

Lobitos no pisó Molten Core hasta nivel 70, el pobre. Y en la Burning Crusade, lo más difícil que hizo fue pescar a Lurker y morirse después. Por esta razón Lobitos se puso muy contento cuando se enteró de que en WotLK habría mazmorreo de diez personas hasta el final. Ahora está viendo más o menos lo mismo que todo el mundo, pero le queda el resquemor de haberse perdido cosas.

Aprovechando la fiebre del logro, una vez llegados a 80, Lobitos y sus apañeros de hermandad están aprovechando para visitar todos esos lugares que no pudieron ver en su momento. De haber hecho las locurillas estas en nivel 70, según asomaran el morro por cualquier instancia se lo hubieran puesto fino, pero ahora, diez niveles más tarde, es factible.

Ayer, estando de pesca y cocina en Lagarán, alguien tuvo una de esas diarreas mentales que todos tenemos de vez en cuando. «¿Y si nos vamos a tumbar a Archimonde a Monte Hyjal?». Claro. Ninguno lo hemos visto nunca, ni tenemos ni guarra de cómo va la instancia, ni la más mínima idea de cuanto se tarda, ni… ningún tipo de sentido común. Asi que fuimos. Catorce. Para todos, era como ir juntos de excursión porque a alguien se le había ocurrido preguntar «¿Y si nos vamos a Vulcano a buscar a la señora madre de Spock?», tantas posibilidades creíamos tener.

Allí llegó Lobitos con sus amigos, más perdido que un tauren en Pamplona el 7 de julio. Sin salir de su asombro, estaba delante de una versión de Jaina pasada de chococrispis. Cuando la mitad de la banda aún andaba intentando averiguar dónde c**o estaba, Lobitos (o más bien su dueño) decidió que tenía que decirle a Jaina que estaba muy rica, que se olvidara del rubiales mosqueado de Arthas. Y habló con ella. Y la lió. Lobitos se imagina que el caos que desató su acción a nivel 70 era inenarrable, pero ocho personajes a nivel 80 pudieron aguantar razonablemente oleadas y oleadas de sólo-un-poco-muertos que iban llegando, hasta que el resto de la banda terminó de llegar. Lobitos suspiró. Es muy dado a este tipo de cosas.

Cada no sabe cuantas oleadas de sólo-un-poco-muertos, un jefe aparecía. Estrategia básica cuando se desconoce la táctica intrínseca de un encuentro: Tanke a por él a reventarle y los demás a darle hasta en el carné de NPC del WoW. Magia dispeleada por aquí, maldición retirada por allí, el chopo que se muere por estar en babia, lo normal. Y los jefes besando el suelo. «Seguro que esto era un infierno en nivel 70», pensaba Lobitos.

Bueno, bien, parecía que la cosa marchaba. No sólo no habíamos muerto en plan general, sino que la primera parte del encuentro parecía resuelta. Alguién miró alguna chuleta y dijo al resto que teníamos que ir a ver Thrall. Detuvimos al amigo Almendro en Flor a tiempo de poder cancelar su regreso a Dalarán mediante Piedra, explicándole que teníamos que ir a ver al Thrall DE ALLÍ DENTRO, no al de Orgrimmar.

No sin algunas excursiones, conseguimos llegar al puesto de avanzadilla de Thrall. Esta vez Lobitos, oliendose la tostada, se mantuvo a una distancia prudencial de todo aquello con lo que se pudiera hablar. Una vez los excursionistas llegaron al sitio donde estaban los demás, el tanke habló con Thrall. Lo que sospechabamos todos. Oleadas. Fiesta multicolor de áreas, rayos, luces, sonidos. Con el rabillo del ojo, mientras una gárgola kiteaba a Lobitos (y no al revés), Lobitos vió a Thrall invocar a sus propios dos lobitos. Chuck Norris está acabado, pensó Lobitos. Larga vida a Thrall.

Vermís, Señores del Foso, gárgolas, abominaciones, demonios en general. Todos fueron palmando ordenadamente. Todos estabamos bastante sorprendidos de la facilidad de la instancia, aunque todos eramos conscientes de lo estresante e infernal que podía ser aquello con diez niveles menos. Lobitos recibió unos guantes de Tier 6 de recuerdo.

Según la persona que estaba mirando la chuleta (reconozco que era un poco tarde, y viendo que podía ser factible hacerla entera, tiramos de guía), sólo nos quedaba enfrentarnos a Archimonde.

Archimonde con Colitis

Archimonde con Colitis

A ver a la Elfa en pijama, que nos dió un objetillo para reducir la velocidad de caida. Lobitos hizo unas pocas pruebas por un barranco cercano, con resultado de importante trufa la mayoría de las veces. Bien, Lobitos y la velocidad de reacción nunca han sido muy buenos amigos.

Archimonde esperaba. Y nosotros teníamos sueño. Repasamos rápidamente las cuatro o cinco jaimitadas que podían afectar al combate. Ninguno contábamos con tirarlo a la primera. Pero oye, se fué al suelo. Logro, cascos del Tier 6 por doquier, risas.

La mayoría marcharon a sus respectivas moradas y cobijos. Lobitos y su querida compañera tanke aprovecharon la instancia vacía para ir de excursión por allí a ver todo el mapeado. En esas, Lobitos pensó en hacerse una foto con el cuerpo de Archimonde. Volvió a donde el terrible jefe yacía owneado por catorce mancos. Y se lo encontró, pero no como se lo imaginaba. El pobre Archi estaba llorando en un rincón.

Lobitos le preguntó qué  sucedía, conmovido por las lágrimas de un ser tan ¿poderoso?

Archimonde le relató sus tribulaciones: Cuando Arthas retornó a las vidas de todos, Archi e Illidan hablaron con Ragnaros y Onyxia. «¿Qué será de nosotros?», preguntaron a los ancianos jefes de nivel 60. «El ostracismo», contestaron ambos.

Asi que Archi lloraba porque estaba en la humillante situación de tener que dejarse apalear por excursionistas ocasionales, poniendolo fácil para que los excursionistas se crecieran. Tal vez así volvieran de vez en cuando a farmear reputación o algo.

Lobitos pensó en lo triste que tenía que ser la existencia de Archimonde en ese momento. Asi que acordó con él que la próxima semana irían él y sus amigos a reventar a Illidan, por hacerle el favor, y de vez en cuando volverían a intentar pillar reputación de exaltado con la facción de esa mazmorra.

Pobre Archimonde. Animo a todos a que saquen algo de tiempo a ir a apalearle de vez en cuando, que se me va a deprimir.

~ por Lobitos en 23 enero 2009.

Una respuesta to “De copas con: Archimonde”

  1. «»Lobitos pensó en lo triste que tenía que ser la existencia de Archimonde en ese momento. Asi que acordó con él que la próxima semana irían él y sus amigos a reventar a Illidan, por hacerle el favor, y de vez en cuando volverían a intentar pillar reputación de exaltado con la facción de esa mazmorra.

    Pobre Archimonde. Animo a todos a que saquen algo de tiempo a ir a apalearle de vez en cuando, que se me va a deprimir.»»

    xD jajaja pobrete yo prometo que buscaré una hermandad (como diría Lunne) «chachipistachi» y ver TODO el contenido de RAID desde que el juego es juego y que nunca he pisado. Ale

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